dominicos
Evangelio del día y comentarios a la Palabra diaria
Vigésimo sexta semana del Tiempo Ordinario – Año Par
Del 1
al 6 de octubre de 2018
Introducción a la semana
El singular libro de Job será el material del que se surta la primera lectura de la eucaristía de esta semana. Ante nosotros desfilará la puesta a prueba de su religiosidad desinteresada, lamentos por su contraria fortuna, expresiones que hablan de una vida sin sentido ante la aparente arbitrariedad divina, Job con su propia soledad al ser abandonado de cercanos y de Dios, la respuesta de Dios que habla de su sabiduría y, por último, la rehabilitación de Job que ha visto al Señor al que sólo conocía de oídas.
Lucas nos acompañará toda esta semana con variados argumentos: debate discipular sobre quién será el más importante, la constatación de que en Samaría rechazan a Jesús, diversas disposiciones sobre el seguimiento del Maestro, el envío de los setenta y dos (número simbólico de las naciones paganas), las diatribas contras las ciudades que no desearon acoger la Palabra y, concluyendo la semana, el gozo al regresar los discípulos de la misión.
En cualquier caso, el Reino de Dios está cerca de todos y cada uno de sus hijos.
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Lunes 1 de Octubre de 2018
“Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos”
Hoy celebramos: Santa Teresa del Niño Jesús (1 de Octubre)
Primera Lectura
Lectura del libro de Job 1, 6-22
Un día, fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre ellos llegó también Satanás.El Señor le preguntó: -«¿De dónde vienes?»Él respondió: -«De dar vueltas por la tierra.»El Señor le dijo: -« ¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, que teme a Dios y se aparta del mal.» Satanás le respondió:-« ¿Y crees que teme a Dios de balde? ¡Si tú mismo lo has cercado y protegido, a él, a su hogar y todo lo suyo! Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se ensanchan por el país. Pero extiende la mano, daña sus posesiones, y te apuesto a que te maldecirá en tu cara. » El Señor le dijo: -«Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques. » Y Satanás se marchó. Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job y le dijo: -«Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a ¡os mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo. » No habla acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: -«Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido tus ovejas y pastores. Sólo yo pude escapar para contártelo.» No habla acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: -«Una banda de caldeos, dividiéndose en tres grupos, se echó sobre los camellos y se los llevó, y apuñaló a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo.» No habla acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: -«Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó y los mató. Sólo yo pude escapar para contártelo. » Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor.» A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.
Salmo
Sal 16, 1. 2-3. 6-7 R. Inclina el oído y escucha mis palabras.
Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño. R.Emane de ti la sentencia, miren tus ojos la rectitud. Aunque sondees mi corazón, visitándolo de noche, aunque me pruebes al fuego, no encontrarás malicia en mí. R.Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras. Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas de los adversarios a quien se refugia a tu derecha. R.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 46-50
En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:-«El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mi; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante.» Juan tomó la palabra y dijo: -«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.»Jesús le respondió: -«No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro. »
Reflexión del Evangelio del día
El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor
Durante unos días vamos a entrar en contacto con algunos textos del libro de Job. Obra de un genial literato, que plantea con una fuerza y una pasión inusitadas la gran cuestión que para el ser humano representa la existencia del mal, introduciendo al mismo tiempo una crítica, y hasta una rebelión, contra la doctrina de la “retribución” imperante en Israel.
Sin posibilidad de entrar en las causas, diremos que el pueblo de Israel consideraba que la persona justa, honrada, recta… era bendecida por Dios con muchos bienes materiales, hijos y larga vida. Lo contrario ocurría al malvado… Pero la realidad, los hechos, la evidencia ponían en cuestión, una y otra vez, esta “teoría”: justos pobres y maltratados, malvados ricos y aparentemente felices…
Y si la evolución del ser humano y de la historia ha permitido que podamos ver las cosas desde perspectivas más amplias, también podemos decir que algo queda en nosotros de aquella convicción ancestral. De manera muy clara cuando nos dirigimos a Dios para preguntarle, a veces airadamente, qué hemos hecho para que nos alcance un mal o un sufrimiento. De manera implícita cuando sólo reconocemos la bendición de Dios en nuestra vida si las cosas nos van muy bien.
Hoy escuchamos en la liturgia una parte del prólogo de la obra. Relato de ficción, en el que Dios “charla” con uno de sus ángeles (Satanás, al que no debemos confundir con nuestra imagen o concepción del demonio) sobre la satisfacción que le produce su siervo Job. Satanás introduce la duda. Es muy fácil ser justo cuando todo te va sobre ruedas en la vida, pero sobre todo es irreal. Porque la vida humana, por más que nos esforcemos, no puede prescindir de la prueba, del sufrimiento, de los problemas, del drama… Veamos si Job es tan justo cuando tenga una vida como la de todo mortal…
Dios accede confiando en Job. Satanás convencido de que Job va a fallar. La acumulación de desgracias -en un día- que el texto relata hubiera acabado casi con cualquiera. Job se mantiene fiel. Parece que Dios tenía razón.
Estamos sólo ante el comienzo del gran drama. Una estupenda respuesta a la Palabra podría ser el compromiso de ir leyendo el libro de Job en su totalidad, dejándonos coger por su apremiante pregunta, en la que se juega el futuro de nuestra relación con Dios.
El más pequeño es el más importante
Los discípulos, que no aprenden, continúan en su pequeño mundo de intereses personales, en el que, además, las personas que no pertenecen a su grupo se pueden dejar al margen.
Viven con Jesús, pero sus concepciones (¿no son también las nuestras muchas veces?) están tan arraigadas que no se dejan “contagiar” ni por contacto directo. Y Jesús viene, una y otra vez, a corregir su manera de situarse:
En el Reino no tiene sentido perder el tiempo en discusiones sobre quién es el más importante. Las cuestiones de la superioridad sobre otros, del poder… pertenecen a concepciones de la vida que no tienen cabida en la propuesta de Jesús.
Los importantes son siempre los más pequeños, los que no cuentan, los que no tienen voz (en este caso, los niños en el contexto de Jesús, cuya situación no tenía nada que ver con el lugar eminente y la superprotección que reciben en muchas de nuestras culturas actuales).
Para Jesús, hacer el bien es el criterio que permite decidir quién está con Él. Los discípulos se creen con autoridad para ¡mpedir a los demás hacer el bien! porque “no están con nosotros”…
El posicionamiento de Jesús es suficiente para que nos miremos a nosotros mismos, a nuestras comunidades, parroquias, diócesis… ¿tenemos algo que cambiar? Que el Señor nos conceda la apertura de corazón y la disponibilidad para dirigir nuestros pasos hacia el horizonte que nos propone.
Hna. Gotzone Mezo Aranzibia O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo
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Martes 2 de Octubre de 2018
“Voy a enviarte un ángel por delante para que te cuide en el camino”
Hoy celebramos: Santos Ángeles Custodios (2 de Octubre)
Primera Lectura
Lectura del libro del Éxodo 23, 20-23a
Así dice el Señor:«Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado. Respétalo y obedécelo. No te rebeles, porque lleva mi nombre y no perdonará tus rebeliones. Si lo obedeces fielmente y haces lo que yo digo, tus enemigos serán mis enemigos, y tus adversarios serán mis adversarios. Mi ángel irá por delante.»
Salmo
Sal 90, 1-2. 3-4. 5-6. 10-11 R. A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,que vives a la sombra del Omnipotente,di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,Dios mío, confío en ti.» R.
.El te librará de la red del cazador,de la peste funesta.Te cubrirá con sus plumas,bajo sus alas te refugiarás. R.
Su brazo es escudo y armadura.No temerás el espanto nocturno,ni la, flecha que vuela de día,ni la peste que se desliza en las tinieblas,ni la epidemia que devasta a mediodía. R.
No se te acercará la desgracia,ni la plaga llegará hasta tu tienda,porque a sus ángeles ha dado órdenespara que te guarden en tus caminos. R.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 1-5- 10
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:-«¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?»Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:-«Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mi. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. »
Reflexión del Evangelio del día
Hoy hacemos memoria de los Santos Ángeles Custodios. Ángel significa enviado o mensajero. Son espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación. Pertenecen al universo espiritual que rodea a Dios, están sometidos a Cristo y sirven al hombre. Los ángeles son mediadores entre Dios y los hombres. Aquel que media entre el mundo divino y el mundo terreno.
En la lectura del Éxodo, 23, 20-23 se dice: “Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que te he preparado… Respétalo y obedécelo”. Fueron las Palabras del Señor a Moisés, para el Pueblo de Israel, que ya se preparaba para entrar en la tierra prometida, recibido el decálogo y un cuerpo de legislaciones para ello.
Y es que, en nuestra vida, Dios pone ángeles para que nos cuiden para que los pasos que damos sean seguros y estén acompañados por Dios. Un paso solitario e individualista nos aleja de la comunidad, del pueblo, es un paso ciego. Necesita descubrir el sentido de salvación que requiere el camino, necesita descubrir el rostro de Dios. Un paso que donde se nos acompañe, aligera la carga y hace más corto el camino. Es un paso iluminado por la esperanza, un paso cierto.
Hemos de ver en estos ángeles también a tantas personas que nos han hablado de Dios, que nos han traído su mensaje, que nos han cuidado en el camino, en la vida, en la enfermedad, que han amado nuestras miserias sin tener en cuenta cómo seamos y cómo nos hayamos comportado. Merecen nuestro respeto. Ellos son mediaciones de Dios.
El Evangelio de Mateo nos habla de la acogida a los niños, signo de vitalidad, de la ternura, pero también de la fragilidad, de lo vulnerable, aquel que necesita cuidado para crecer, y aprender; en ellos, dice el Evangelio, sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. Así, que estos niños amados de Dios, son también el rostro de Dios, porque son pura inocencia, reflejan el valor de la vida como nadie, y sobre todo reflejan el amor de Dios a los hombres. Acoger a un niño: acoge la ternura de Dios, la Vida de Dios, el rostro de Dios, acoge a Cristo.
Fr. Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
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Miércoles 3 de Octubre de 2018
“Puestos en las manos de Dios”
Hoy celebramos: Beato Domingo Spadafora (3 de Octubre)
Primera Lectura
Lectura del libro de Job 9,1-12.14-16:
Respondió Job a sus amigos: «Sé muy bien que es así: que el hombre no es justo frente a Dios. Si Dios se digna pleitear con él, él no podrá rebatirle de mil razones una. ¿Quién, fuerte o sabio, le resiste y queda ileso? Él desplaza las montañas sin que se advierta y las vuelca con su cólera; estremece la tierra en sus cimientos, y sus columnas retiemblan; manda al sol que no brille y guarda bajo sello las estrellas; él solo despliega los cielos y camina sobre la espalda del mar; creó la Osa y Orión, las Pléyades y las Cámaras del Sur; hace prodigios insondables, maravillas sin cuento. Si cruza junto a mí, no puedo verlo, pasa rozándome, y no lo siento; si coge una presa, ¿quién se la quitará?; ¿quién le reclamará: «Qué estás haciendo»? Cuánto menos podré yo replicarle o escoger argumentos contra él. Aunque tuviera razón, no recibiría respuesta, tendría que suplicar a mi adversario; aunque lo citara y me respondiera, no creo que me hiciera caso.
Salmo
Sal 87 R/. Llegue hasta ti mi súplica, Señor
Llegue hasta ti mi súplica, Señor.Todo el día te estoy invocando,tendiendo las manos hacia ti.¿Harás tú maravillas por los muertos?¿Se alzarán las sombras para darte gracias?R/.
¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,o tu fidelidad en el reino de la muerte?¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,o tu justicia en el país del olvido?R/.
Pero yo te pido auxilio,por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.¿Por qué, Señor, me rechazasy me escondes tu rostro?R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno: «Te seguiré adonde vayas.»Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»A otro le dijo: «Sígueme.»Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.»Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.»Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»
Reflexión del Evangelio del día
¿Quién soy yo ante Dios?
A Job le conocemos como “el Santo de la paciencia” pero en este texto se nos muestra como un hombre sensato, respetuoso y temeroso de Dios. Nos muestra nuestra pequeñez frente a su poder.
Job experimentará en sus propias carnes la manera de actuar de Dios, incluso en sus peores momentos, cuando cae en desgracia y sus amigos se ríen de él, no perderá la confianza. Esos mismos amigos a los que en este pasaje les habla y les instruye en cómo es ese Dios en el que él confía plenamente, ese que “si cruza junto a mí, no puedo verlo, pasa rozándome y no lo siento”. Así nosotros podemos no notar su presencia pero tenemos la certeza de que está con nosotros, porque somos importantes para Él a pesar de nuestra pequeñez y de nuestras debilidades.
Esa fe ciega, esa absoluta entrega de Job la quiero para mí. Quiero aprender a ponerme en sus manos como el niño se echa en el regazo de su madre, sin pensar, con la seguridad de que ahí nada malo puede pasarle. No debemos olvidar la condición de Padre de nuestro Creador, su infinita misericordia para con nosotros aunque “pleiteemos con Él”. Aparentemente no somos nada, una insignificancia ante el que es capaz de mover montañas y derribar cumbres, pero somos sus hijos, motivo más que suficiente para tener la certeza de que siempre tendremos su mano tendida en todo momento.
¡Al horizonte, siempre mirando al horizonte!
Precioso pasaje el que hoy nos propone la liturgia. San Lucas nos da en cuatro pinceladas “las instrucciones” que nos propone Cristo si queremos ser sus seguidores. Nada, ni nadie, debe interponerse entre Él y nosotros a la hora de seguir nuestra vocación.
Cuantas veces nos hemos sentido llamados por Jesús, hemos querido ir un poco más allá en nuestro compromiso con Él y al instante hemos puesto mil impedimentos de todo tipo, nos hemos autoconvencido a nosotros mismos de que no puedo: es que mi trabajo… Es que mi familia… Es que no tengo tiempo… Es que… es que… Hay una frase clave en este pasaje que a mí me ha hecho meditar muchas veces: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios” Si queremos ser “vivos”, si queremos que el Espíritu actúe en nosotros, si queremos ser cooperadores de la misión evangelizadora, tenemos que pensar y actuar como hombres nuevos, ser verdaderos bautizados, resucitados por el Espíritu Santo y abandonar los viejos pensamientos que solo conducen a la muerte del alma.
En este empeño en seguir a Cristo aparecerán dificultades, incomodidades, renuncias ¡hasta las zorras viven mejor, tienen madrigueras! Pero Dios no abandona nunca, aunque, como dice Job, no notemos su presencia. Nuestro Padre Santo Domingo supo vivir esa entrega total, ese seguir al Maestro casi sin pensárselo. Cuantas veces se puso en camino sin la certeza de lo que le esperaba, pero nunca miró hacia atrás, empuñó el arado con la vista puesta en el horizonte y aquí estamos 800 años después sus hijos, el fruto de su empeño por difundir la Palabra en todo el mundo, por hacer partícipe a la humanidad del tesoro que él había descubierto.
Vivamos con gozo nuestro encuentro con Cristo y no tengamos miedo a mirar al horizonte. Tenemos que soltar lastre y volar ligeros en las manos de Dios.
D. Luis Maldonado Fernández de Tejada, OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro
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Jueves 4 de Octubre de 2018
“Paz a esta casa”
Hoy celebramos: San Francisco de Asís (4 de Octubre)
Primera Lectura
Lectura del libro de Job. 19, 21-27
¡Piedad, piedad de mí, vosotros mis amigos, que es la mano de Dios la que me ha herido!¿Por qué os cebáis en mí como hace Dios, y no os sentís ya ahítos de mi carne?¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá en monumento se grabaran,y con punzón de hierro y buril, para siempre en la roca se esculpieran!Yo sé que mi Defensor está vivo, y que él, el último, se levantará sobre el polvo.Tras mi despertar me alzará junto a él, y con mi propia carne veré a Dios.Yo, sí, yo mismo le veré, mis ojos le mirarán, no ningún otro. ¡Dentro de mí languidecen mis entrañas!
Salmo
Sal 26. R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Escúchame, Señor, que te llamo;ten piedad, respóndeme.Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.» R.Tu rostro buscaré, Señor,no me escondas tu rostro.No rechaces con ira a tu siervo,que tú eres mi auxilio;no me deseches. R.Espero gozar de la dicha del Señoren el país de la vida.Espera en el Señor, sé valiente,ten ánimo, espera en el Señor. R.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 1-12
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: -«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa». Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el reino de Dios.» Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: «Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios.» Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo. »
Reflexión del Evangelio del día
En este comentario vamos a destacar algunos rasgos de San Francisco de Asís (1182-1226), cuya fiesta celebramos hoy, que nos pueden ayudar a nosotros en nuestro caminar cristiano:
La primacía de Dios en su vida
Lo primero Dios, pero no por imposición externa, sino por descubrimiento y decisión personal. Después de un cierto tiempo, San Francisco descubrió el tesoro del que nos habla Jesús en el evangelio y “lleno de alegría, lo dejó todo por adquirir ese tesoro”. San Francisco no es un loco que hace cosas raras. Es un ser totalmente normal que busca la felicidad que todos anhelamos. De joven creyó que esta felicidad iba por el dinero y la vida licenciosa que le proporcionaba. A decir verdad disfrutaba del dinero que tenía su padre, que era un rico comerciante. Pero eso no le llenaba y cayó en la cuenta de que seguir a Jesucristo le proporcionaba más felicidad. Lo de San Agustín: “Nos has hecho, Señor para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que te encuentre a ti”. Eligió la pobreza voluntariamente y la vivió con intensidad, y desde ella vivió su riqueza, que era gozar de la amistad con Dios y le hacía rico en la fuente de su alegría. ¿También para nosotros lo primero es Dios y es nuestra gran riqueza, nuestro tesoro?
Mirada contemplativa
Es decir, ver toda la creación como la ve Dios. Uno de los frutos de la contemplación, del dialogo con Dios, es tener mirada contemplativa, ver las cosas como las ve Dios, tener la misma mirada que Dios. Las cosas no son cosas, son criaturas, algo hecho por Dios. Los hombres no son solos hombres, están hechos a imagen y semejanza de Dios y además son hijos de Dios y hermanos de todos los hombres, por los que se puede dar la vida, entregar el tiempo, la propia persona… como hizo Cristo Jesús, como hizo San Francisco. ¿Tenemos esa mirada? ¿Vemos todo con los ojos de Dios?
Devoción especial por la pasión de Cristo
San Francisco se identificaba con el pensar de san Pablo: “nosotros hemos de gloriarnos en la cruz de Cristo”. Meditaba y se gloriaba en la cruz de Cristo. ¿Por qué Cristo fue capaz de aceptar su muerte injusta? ¿Qué le llevó a morir en la cruz? Su amor a Dios, su Padre, y su amor a todos los hombres, sus hermanos. Cristo vino al mundo enviado por su Padre para señalarnos el camino de nuestra felicidad, el camino de nuestra salvación, que se resume en amar a Dios, al prójimo y a uno mismo. Las autoridades religiosas judías vieron en su evangelio un peligro, una alternativa a la religión judía y consiguieron quitarle de en miedo matándole en la cruz, porque Jesús siguió predicando su buena noticia. Dios Padre le resucitó al tercer día y su persona, su vida, su muerte y resurrección ha inundado el corazón de millones y millones de hombres y mujeres, al que proclaman su Salvador y Redentor. A San Francisco le fue concedida la gracia de los estigmas, es decir, llevar en su cuerpo las marcas, las heridas del Jesús crucificado.
Fray Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
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Viernes 5 de Octubre de 2018
“Buscad y encontraréis”
Hoy celebramos: Témporas de acción de gracias y petición (5 de Octubre)
Primera Lectura
Lectura del libro del Deuteronomio 8, 7-18:
Habló Moisés al pueblo, diciendo: -«Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta hartarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado.Pero cuidado, no te olvides del Señor, tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te mando hoy.No sea que, cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final.Y no digas: “Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas. “ Acuérdate del Señor, tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy.»
Salmo
Salmo: 1 Cro 29, 10. R. Tú eres Señor del universo.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor, la majestad,porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R.
Tú eres rey y soberano de todo.De ti viene la riqueza y la gloria. R.
Tú eres Señor del universo, en tu mano está el poder y la fuerza, tú engrandeces y confortas a todos. R.
Evangelio de hoy
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21
Hermanos:El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.
Reflexión del Evangelio del día
Acuérdate del Señor, que es el que te da la fuerza
El autor del Deuteronomio hace una relación prolija de los muchos favores y hechos prodigiosos con los que Yahvé regaló a su pueblo en el difícil caminar por el desierto. Una fecunda historia y, al tiempo, una atinada pedagogía para que el pueblo de la Promesa perfilara su memoria fundante como pueblo elegido, sin dejar de lado el objetivo terapéutico para que el pueblo no se cansara ni olvidara de quien fue enhebrando, día a día, como Padre compasivo el cumplimiento de la promesa, su libertad como pueblo.
Yahvé en ningún instante olvida a sus hijos y recuerda que los mandatos que les dio no pretenden agobiarlos ni hacerlos infelices, sino todo lo contrario, para que en su cumplimiento saboreen el amor y misericordia de un Padre que no solo no los abandonó, sino que los hizo libres. La memoria salvadora no es tanto para fijar una efemérides del pasado, sino para vivir en todo momento la fuerza amorosa que los sacó de Egipto.
Reconciliaos con Dios
En sus escritos, suele recurrir el apóstol Pablo al hecho de la novedad para aludir a nuestra condición como seguidores del Cristo resucitado. En Él es donde se verifica el cambio radical para la historia humana, y sí se puede hablar de un nuevo comienzo si no dejamos de referirnos a Él. Porque Cristo nos ha habilitado para entablar un modo de relacionarnos con Dios Padre totalmente nuevo y diferente; es en Cristo donde se nos ofrece a todos la reconciliación, y bien haremos en acogerla con el máximo cuidado como gracia y regalo; solo así, Dios y nosotros en colaboración, la misericordia surtirá efecto en la comunidad y en los corazones creyentes.
Quien pide recibe
Que la oración orientada y alimentada en la confianza con el Padre que está en los cielos es operativa y eficaz, está fuera de toda duda. El texto pone el acento no tanto en las acciones precisas de pedir, buscar y llamar, cuanto en una actitud previa de búsqueda de Dios y en la seguridad de su providencia.
No es malo pedir, ni buscar ni llamar, por descontado, pero como seguidores de Cristo Jesús precisemos centrar el corazón en la necesidad de la Palabra viva, así como en el innegociable y salvador hecho de ejercer siempre como hijos de Dios. Si, somos sus hijos, y buscadores de su rostro, y necesitados de su amor, y, al tiempo, precisados de la acogida de sus otros hijos, nuestros hermanos, tan necesitados como uno mismo.
Dios Padre no nos engaña, antes al contrario se empeña en mostrarnos siempre su rostro de Padre acogedor, el que tenemos que identificar en nuestra necesidad y en nuestro seguimiento. No es una socorrida Oficina de Demandas, no, es un Padre que sabe amarnos más que nadie y nos conoce como ningún otro ser nos conoce. Y como Padre gusta ejercer de tal.
Las Témporas, en este caso las de otoño, son un espacio litúrgico para agradecer al dador de todo bien la cosecha anterior y el tiempo vacacional; asimismo, la comunidad pide por los frutos de la tierra y por la salud y calidad de vida de toda la humanidad.
¿Incluye la comunidad en su tensión orante que los frutos de la casa común, la tierra, lleguen a todos sus habitantes sin excepción?
Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)
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Sábado 6 de Octubre de 2018
“¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis!”
Hoy celebramos: Beato Bartolomé Longo (6 de Octubre)
Primera Lectura
Lectura del libro de Job 42,1-3.5-6.12-16:
Job respondió al Señor: «Reconozco que lo puedes todo, y ningún plan es irrealizable para ti, yo, el que te empaño tus designios con palabras sin sentido; hablé de grandezas que no entendía, de maravillas que superan mi comprensión. Te conocía sólo de oídas, ahora te han visto mis ojos; por eso, me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza.»El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio; sus posesiones fueron catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas. Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma, la segunda Acacia, la tercera Azabache. No había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre les repartió heredades como a sus hermanos. Después Job vivió cuarenta años, y conoció a sus hijos y a sus nietos y a sus biznietos. Y Job murió anciano y satisfecho.
Salmo
Sal 118 R/. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo
Enséñame a gustar y a comprender,porque me fío de tus mandatos. R/.Me estuvo bien el sufrir,así aprendí tus mandamientos. R/.Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,que con razón me hiciste sufrir. R/.Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,porque todo está a tu servicio. R/.Yo soy tu siervo: dame inteligencia,y conoceré tus preceptos.R/.La explicación de tus palabras ilumina,da inteligencia a los ignorantes.R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,17,24
En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.» En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.» Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.»
Reflexión del Evangelio del día
Reconozco que lo puedes todo y ningún plan es irrealizable para ti
Como sabemos Job, tuvo una vida algo traumática, pero a la misma vez como podemos comprobar en la lectura que se nos regala en la liturgia hoy, fue bendecido por el Señor al final de su vida más aún que al principio.
Es mucho lo que podemos aprender de este personaje bíblico, pero me gustaría centrarme en cómo la experiencia de Dios, cómo la confianza y la fe en Él va creciendo poco a poco, a pesar de todos las desgracias que le vinieron encima. Es más importante vivir agarrado a aquello que no pasa, a Aquel que como el propio Job nos dice al comienzo del texto “todo lo puede“. Dios a todo le da una luz nueva, hace grandes bienes de grandes males y no se dedica a ponernos zancadillas para luego salvarnos, sino que por el contrario, la gloria de Dios es que el hombre viva y viva en plenitud. Esa plenitud que recibimos de Dios en la medida de que él sea el motor, el centro de toda nuestra existencia.
Los cristianos corremos el peligro de ser solo creyentes de boquilla y cuando las dificultades o el yugo de la enfermedad nos sobrevine, caemos en un agujero oscuro y solitario. Job nos viene a enseñar como la salvación, la bendición, la fuerza de Dios recae sobre nosotros o mejor dicho vive en nosotros, somos tan solo nosotros los que debemos poner todo en sus manos y el milagro de una vida nueva se hará posible en nosotros. Dios no es una utopía sin más, Dios está vivo y presente en cada hombre que confía con fe plena en el amor que nos tiene a cada uno de los seres humanos por los que Cristo, nuestro Señor dio la vida en muerte de Cruz
Dichosos…
En este texto podemos diferenciar la alegría de los discípulos por el sometimiento de los demonios, la enseñanza de Jesús a ellos “estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo” y la oración de alabanza del mismo Cristo.
Y es que la oración de acción de gracias y de alabanza a Dios Padre, es vital en la vida de todo creyente. No solo nos hace agradecidos para con Dios, sino que a la vez nos hace ser agradecidos y generosos para con los hermanos.
Debemos de sentirnos de sentir la dicha, la alegría profunda que da el servicio a los hermanos y el seguimiento de Cristo. Muchas pueden ser las dificultades que tanto una cosa como la otra, atraigan a nuestra vida e incluso a nuestro quehacer diario, como por ejemplo rechazo por parte de la sociedad, de nuestra familia y amigos; pero gozamos con la promesa cumplida de Jesús. Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quien es el Hijo, sino el Padre; ni quien es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
El mismo Dios en la persona de su Hijo camina junto a nosotros, conoce nuestras dificultades y nuestras alegrías y por ellas y junto a nosotros ora cada día a Dios Padre. Sí, hermanos, muchos quisieran gozar del regalo de la fe, pero las circunstancias o la propia cerrazón del hombre se lo impiden, por eso gocemos de los tesoros de la fe, seamos hombres y mujeres de oración agradecida y que nuestro compromiso verdadero lleve a muchos de los alejados de Dios a conocerlo algún día y amarlo para, como nosotros, sentir en lo profundo de su corazón las palabras que Jesucristo dice hoy en el Evangelio “dichosos vosotros”, felices porque con Dios nada nos falta, nada nos turbe, nada nos espanta, solo Dios nos basta.
None Monasterio Sta. María la Real – MM. Dominicas
Bormujos (Sevilla)
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