Evangelio del día – Semana del 21/01/2019 al 26/01/2019 (Segunda semana del Tiempo Ordinario)

dominicos

Evangelio del día y comentarios a la Palabra diaria

Segunda semana del Tiempo Ordinario – Año Par

Del 21

al 26 de enero de 2019

Introducción a la semana

La carta a los Hebreos, que leemos en estas primeras semanas, es el único escrito del NT en que se atribuye a Cristo la condición de sumo sacerdote. Sorprende tanto más cuanto que él no pertenecía a la tribu sacerdotal de Israel –la tribu de Leví-, ni ejerció actividad alguna de ese tipo en el templo, ni su muerte tuvo ninguna referencia cultual; más bien se enfrentó con los sacerdotes y fue condenado por ellos como un maldito. Por eso, el autor de este escrito habla de un sacerdocio completamente distinto al del AT. Dios mismo es quien ha constituido a Cristo Jesús sacerdote de la nueva alianza, plenamente grato a sus ojos, porque es su Hijo, y plenamente identificado con sus hermanos los hombres, por su encarnación en la historia humana; capaz, por tanto, de comprender nuestras debilidades, de compadecerse de ellas y de interceder eficazmente por nosotros ante el trono de Dios, habiendo entregado su propia vida por nosotros. De ahí surge una exhortación imperiosa a vivir de acuerdo con estas convicciones, con fe y perseverancia, a fin de que se cumpla lo que esperamos y nos ha sido prometido.

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 Lunes   21 de Enero de 2019  

“A vino nuevo, odres nuevos”

Hoy celebramos: Santa Inés (21 de Enero)

Primera Lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 5,1-10:

Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a si mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.» Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote, según el rito de Melquisedec.

Salmo

Sal 109,1.2.3.4 R/. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

Oráculo del Señor a mi Señor:«Siéntate a mi derecha,y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» R/.

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro:somete en la batalla a tus enemigos. R/.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,entre esplendores sagrados;yo mismo te engendré,como rocío, antes de la aurora.» R/.

El Señor lo ha juradoy no se arrepiente:«Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.» R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos 2,18-22

En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?»Jesús les contestó: «¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.»

Reflexión del Evangelio del día

A pesar de ser Hijo aprendió, sufriendo, a obedecer

Los sacerdotes de la antigua alianza eran elegidos por Dios de entre los hombres. Eran débiles como todos, por eso eran capaces de compadecerse, pero también estaban obligados a ofrecer sacrificios por sus propios pecados. Como todo sacerdote Jesús fue constituido por Dios para realizar el ministerio a favor de los hombres. Por su condición humana se compadece de nuestras flaquezas pues ha sido probado en todo como nosotros, excepto en el pecado; por su resurrección Dios ha revelado su condición de Hijo y su sacerdocio nuevo y eterno para la salvación de la humanidad. Esta homilía que es la Carta a los Hebreos es obra de un autor anónimo originario quizá de ambientes judeo-cristianos. El argumento principal en el texto es Cristo, del que se afirman tres acciones fundamentales: ofreció oraciones con lágrimas y gritos, aprendió a obedecer sufriendo y se convirtió en causa de salvación. Los tres verbos describen el recorrido histórico y espiritual de Jesús de Nazaret, en la inmersión dolorosa y trágica en la muerte por fidelidad y obediencia a Dios, hasta realizar plenamente la obra salvadora. El Hijo no obtuvo un salvoconducto que lo librara de la condición histórica, sino que a través del sufrimiento aprende, es decir, realiza y vive hasta el extremo su obediencia-fidelidad al Padre, de la cual la oración es fuente y expresión. El Padre lo escuchó, no librándolo de la muerte física, sino a través del triunfo sobre aquella condición de esclavitud y de temor que distingue el imperio de la muerte como alejamiento de Dios. La perfección de Cristo, no es de tipo ético o moral, alcanzada a través de una fidelidad heroica, sino que se refiere a la perfección alcanzada a través del pleno cumplimiento del proyecto salvador de Dios.

A vino nuevo, odres nuevos

Las connotaciones que tenía el ayuno mal se compadecían con el contenido del Reino y el positivo mensaje que trasladaba la predicación del Maestro de Galilea. Jesús no niega el valor del ayuno, pero hora no procede porque Dios Padre –el esposo- confirma su compromiso con su pueblo –la esposa-. Los discípulos ayunarán después de Pascua. Es decir, estarán dispuestos a morir, si fuera necesario, por Jesús y el reino de Dios. Con Jesús, en efecto, el reino irrumpe con poder. Es este el significado de las dos imágenes que vienen a continuación. El vestido viejo se rompería si simplemente se remendase con un pedazo de tela nueva, los odres viejos, no pueden conservar la expansión del vino nuevo. El mundo del ayuno y de la mortificación, como fundamento de la experiencia religiosa (odres viejos), se opone al don gratuito y gozoso de la salvación ofrecida por Jesús (vino nuevo). Los odres y vestidos viejos (las antiguas instituciones judías), no pueden contener los bienes mesiánicos traídos por Jesús. La novedad cristiana no se vive aumentando las prácticas ascéticas y espirituales, sino acogiendo la nueva lógica de la salvación inaugurada por Jesús, el mesías crucificado y resucitado: a vino nuevo, odres nuevos.

Mi fuerza y mi fracasoeres Tú.Mi herencia y mi pobreza.Tú mi justicia,Jesús.Mi fuerza y mi paz,¡mi libre libertad!

(Pere Casaldáliga)

Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)
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 Martes   22 de Enero de 2019  

“El Señor recuerda siempre su alianza.”

Hoy celebramos: San Vicente (22 de Enero)

Primera Lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 6,10-20:

Dios no es injusto para olvidarse de vuestro trabajo y del amor que le habéis demostrado sirviendo a los santos ahora igual que antes. Deseamos que cada uno de vosotros demuestre el mismo empeño hasta el final, para que se cumpla vuestra esperanza, y no seáis indolentes, sino imitad a los que, con fe y perseverancia, consiguen lo prometido. Cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, no teniendo a nadie mayor por quien jurar, juró por sí mismo, diciendo: «Te llenaré de bendiciones y te multiplicaré abundantemente.» Abrahán, perseverando, alcanzó lo prometido. Los hombres juran por alguien que sea mayor y, con la garantía del juramento, queda zanjada toda discusión. De la misma manera, queriendo Dios demostrar a los beneficiarios de la promesa la inmutabilidad de su designio, se comprometió con juramento, para que por dos cosas inmutables, en las que es imposible que Dios mienta, cobremos ánimos y fuerza los que buscamos refugio en él, asiéndonos a la esperanza que se nos ha ofrecido. La cual es para nosotros como ancla del alma, segura y firme, que penetra más allá de la cortina, donde entró por nosotros, como precursor, Jesús, sumo sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec.

Salmo

Sal 110,1-2.4-5.9.10c R/. El Señor recuerda siempre su alianza

Doy gracias al Señor de todo corazón,en compañía de los rectos, en la asamblea.Grandes son las obras del Señor,dignas de estudio para los que las aman. R/.

Ha hecho maravillas memorables,el Señor es piadoso y clemente.Él da alimento a sus fieles,recordando siempre su alianza. R/.

Envió la redención a su pueblo,ratificó para siempre su alianza,su nombre es sagrado y temible.La alabanza del Señor dura por siempre. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos 2,23-28

Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?» Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.» Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»

Reflexión del Evangelio del día

Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre

La Palabra de Dios quiere hoy por un lado animarnos y exhortarnos en la perseverancia de la fe  (lectura de la carta a los Hebreos). Y, por otro lado, quiere advertirnos del lugar que debe ocupar la ley en nuestras vidas.

En la carta a los Hebreos se nos dice que Dios no se olvida de nosotros, que nos tiene presentes en las situaciones difíciles por las que pasamos a lo largo de nuestras vidas, y que, a pesar de esas dificultades, sabe valorar nuestra entrega y nuestro amor. Es una invitación a recobrar el ánimo y la fuerza, pues nos refugiamos en Él.

¡Cuántas veces nos quejamos y desalentamos ante las dificultades de la vida, ante la incomprensión de nuestro mundo o el rechazo y la crítica despiadada!. Qué difícil nos resulta en esas circunstancias tener fijos nuestros ojos en quien mantiene nuestra fe. Tenemos que aprender a dejarnos confortar por Cristo. Todos necesitamos que se nos anime en nuestro camino de fe. No se trata de creernos mejores que nadie, pero sí necesitamos esos ánimos en las dificultades para no caer en el desánimo y la desesperanza. En esta sociedad que nos ha tocado evangelizar, donde todo lo cristiano parece que molesta, nos viene muy bien escuchar estas palabras de esperanza y fortaleza que nos vienen de Dios y recordar el ejemplo de los que nos han precedido y han sido fieles en medio de las dificultades y persecuciones.

El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado

El evangelio nos sitúa frente a una de las instituciones más fuertes de Israel, el sábado. No son pocos los enfrentamientos que los evangelios nos narran entre Jesús y los judíos, precisamente por no saber ubicar la ley en la vida. La ley no es mala, es necesaria, son las señales que nos indican el camino para llevar a la práctica el amor. Qué sería de nuestro mundo y de nuestra sociedad si no tuviéramos leyes. Pero no podemos olvidarnos de que la ley se hace para ayudar al hombre, y no para esclavizarlo. No podemos caer exhaustos por el peso de la ley, como hicieron los judíos y tanta veces nosotros; tenemos que aprender a armonizar en nuestras vidas las leyes con el amor.  Jesús nos pide que seamos capaces de poner como centro y sustento de nuestra vida a Dios y a la persona, y no nuestras leyes. No es fácil poder armonizar ambas cosas, pero ese es precisamente nuestro camino, nuestro aliciente y nuestro aporte a esta sociedad.

En estos momentos por los que atravesamos, donde tanto se cuestionan las leyes, ¿cómo vivimos nosotros nuestra obediencia a los mandamientos?

¿Cómo guardamos el equilibrio entre la ley y el amor?

¿Cómo presentamos a nuestra sociedad el plan de Dios?

¿Cómo podremos construir la civilización del Amor?

Monjas Dominicas Contemplativas
Monasterio Santa María de Gracia-Casa Federal, Córdoba
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 Miércoles   23 de Enero de 2019  

“¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?”

Hoy celebramos: San Ildefonso de Toledo (23 de Enero)

Primera Lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 7,1-3.15-17:

Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios altísimo, cuando Abrahán regresaba de derrotar a los reyes, lo abordó y lo bendijo, recibiendo de él el diezmo del botín. Su nombre significa «rey de justicia», y lleva también el título de rey de Salem, es decir, «rey de paz». Sin padre, sin madre, sin genealogía; no se menciona el principio de sus días ni el fin de su vida. En virtud de esta semejanza con el Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Y esto resulta mucho más evidente si surge otro sacerdote a semejanza de Melquisedec, que lo sea no en virtud de una legislación carnal sino en fuerza de una vida imperecedera; pues está atestiguado: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

Salmo

Sal 109,1.2.3.4 R/. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

Oráculo del Señor a mi Señor:«Siéntate a mi derecha,y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» R/.

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro:somete en la batalla a tus enemigos. R/.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,entre esplendores sagrados;yo mismo te engendré, como rocío,antes de la aurora.» R/.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:«Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.» R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3,1-6

En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.»Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

Reflexión del Evangelio del día

Su nombre significa Rey de Paz

El autor de la carta a los Hebreos va a explicar en la lectura de hoy un tema que ya había introducido antes Hb, 2,17; sobre el sacerdocio de Cristo: Jesús es sumo sacerdote misericordioso y fiel, pero diferente al sacerdocio levítico, porque procede de Melquisedec. Según el relato del Génesis (14,18-20), Melquisedec, rey de Salem, sacando pan y vino, como era sacerdote del Dios altísimo, bendijo a Abraham diciendo: “Bendito es Abraham del Dios altísimo, el dueño de cielos y tierra, y bendito sea el Dios altísimo, que ha puesto a tus enemigos en tus manos”. Y le dio Abraham el diezmo de todo. Este pasaje y el de Sal 110,4 son los únicos del Antiguo Testamento en los que aparece este personaje extraño llamado Melquisedec. Él es rey de Jerusalén, de ahí que sea llamado rey de paz y de justicia, y al mismo tiempo sacerdote. Desconocemos su procedencia,  su suerte posterior, por lo que el autor  concluye que Melquisedec no ha tenido padre ni madre, que no ha nacido, ni ha muerto, se asemeja al Hijo de Dios, y en consecuencia permanece sacerdote para siempre.

El punto de partida es, claro, este personaje le sirve al autor para explicar que el auténtico sacerdocio, el que viene de Dios, es anterior al sacerdocio levítico. Melquisedec es,  una prefiguración del sacerdote eterno, un esbozo imperfecto de lo que

Jesús viene a realizar y cumplir. El sacerdocio de Cristo es incomparable, ya que su sacrificio definitivo por amor a la humanidad, lo convierte en un sacerdocio eterno. Después del establecimiento del sacerdocio perfecto, el antiguo carece de razón de ser. No se trata solamente de establecer la originalidad del sacerdocio de Cristo, sino su valor exclusivo. Perfecto, eterno, misericordioso, fiel.. son calificativos que solo podemos aplicar a Cristo.

Levántate y ponte ahí en medio

Estamos en la primera parte del evangelio de Marcos dónde los distintos personajes que se congregan en torno a Jesús reaccionan ante sus palabras y sus acciones de manera muy diferente. En esta ocasión, como en otras anteriores, son los fariseos, la gente buena y que se cree perfecta, la que espera que Jesús realice algún signo que vaya contra la Ley de Moisés.

Una vez más el día es sábado y el lugar la sinagoga de Cafarnaúm. En este ambiente de celebración religiosa, el evangelista nos dice que allí se encontraba un hombre que tenía la mano paralizada, un enfermo, al que parece que todo el mundo ignora, porque en quién realmente se fijan las autoridades religiosas es en Jesús. El motivo es claro, lo único que les mueve es poder acusarle. La gente lo había manifestado la primera vez que Jesús enseñaba en la sinagoga, “este habla con autoridad, no como los escribas y fariseos y trae una doctrina nueva” (Mc 1,27). La novedad que trae Jesús supera, la ley, el sábado y cualquier precepto que no ponga en el centro de la vida, al ser humano, especialmente al que sufre, al oprimido, al que se deja al margen…incluso de Dios. Por eso Jesús invita a la persona a ponerse en medio, para ser vista, para ser compadecida. Pero la pregunta se la hace a los fariseos, el enfermo no pide nada, se deja hacer por el Señor, sabe esperar y tal vez confía en que Jesús hará algo. ¿Qué está permitido hacer en sábado? La respuesta es evidente, lo bueno, salvar al que sufre, no dejar a nadie morir a la intemperie, en la desolación…eso es lo bueno. Ante la evidencia uno calla, los fariseos han sido descubiertos, se han quedado sin palabra que responder.

Jesús reacciona como un ser humano: airado frente a la dureza de corazón de esos letrados capaces de poner la ley por encima de la persona y hacer de ella norma y cumplimiento vacío y sin corazón; dolido ante la incapacidad de abrir sus mentes a comprender quién es él, el Mesías que trae el Reino e interpreta la ley como salvación y liberación de todo ser humano. Por eso, Jesús obra el milagro y la mano queda restablecida. Está claro que el signo lejos de ablandar el corazón de los fariseos, estos van a tomar una decisión que marcará el destino de Jesús y el nuestro. Ellos se confabulan con aquellos que consideran sus enemigos, los herodianos, partidarios de Herodes Antipas, para matar a Jesús. El camino del Maestro ya está señalado, las autoridades religiosas, no aceptan ni comprenden el mensaje de vida, de esperanza y salvación que trae para todos, prefieren quedarse en lo conocido que abrirse a la novedad del Mesías, que trae la buena noticia, que habla con autoridad y es capaz de transformar la vida del ser humano. ¿Estamos dispuestos/as a abrirnos a la novedad de Jesús?

Hna. Carmen Román Martínez O.P.
Congregación de Santo Domingo
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 Jueves   24 de Enero de 2019  

“Tú eres el Hijo de Dios”

Hoy celebramos: San Francisco de Sales (24 de Enero)

Primera Lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 7,25–8,6:

Jesús puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada dia –como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo–, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidades. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre. Esto es lo principal de toda la exposición: Tenemos un sumo sacerdote tal, que está sentado a la derecha del trono de la Majestad en los cielos y es ministro del santuario y de la tienda verdadera, construida por el Señor y no por hombre. En efecto, todo sumo sacerdote está puesto para ofrecer dones y sacrificios; de ahí la necesidad de que también éste tenga algo que ofrecer. Ahora bien, si estuviera en la tierra, no sería siquiera sacerdote, habiendo otros que ofrecen los dones según la Ley. Estos sacerdotes están al servicio de un esbozo y sombra de las cosas celestes, según el oráculo que recibió Moisés cuando iba a construir la tienda: «Mira –le dijo Dios–, te ajustarás al modelo que te fue mostrado en la montaña.» Mas ahora a él le ha correspondido un ministerio tanto más excelente, cuanto mejor es la alianza de la que es mediador, una alianza basada en promesas mejores.

Salmo

Sal 39,7-8a.8b-9.10.17 R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,y, en cambio, me abriste el oído;no pides sacrificio expiatorio,entonces yo digo: «Aquí estoy.» R/.

«Como está escrito en mi libro, para hacer tu voluntad.»Dios mío, lo quiero,y llevo tu ley en las entrañas. R/.

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R/.

Alégrense y gocen contigo todos los que te buscan;digan siempre: «Grande es el Señor» los que desean tu salvación. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3,7-12

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.»Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

Reflexión del Evangelio del día

Una alianza basada en promesas mejores

La lectura de la carta a los Hebreos confronta el sacerdocio antiguo con el sacerdocio de Cristo. El sacerdocio antiguo necesitaba de purificación porque estaban sujetos a la debilidad de los hombres. Tenían que hacer sacrificios continuamente y purificaciones rituales para ser fieles a la promesa antigua.

Pero con Cristo se establece, una alianza nueva, un nuevo sacerdocio y único. De él participamos todos por medio del bautismo. El único sacrificio fue realizado una vez para siempre en la cruz, y fue realizado en la obediencia a Dios.

La promesa es participar de la vida de Cristo como coherederos del Reino de Dios. Semejantes a él, viviremos en la esperanza manifestada en Cristo Jesús.

Tú eres el Hijo de Dios

En el Evangelio de Marcos encontramos a un Jesús evitando la fama, huyendo del gentío. Cuando necesitamos de la vida interpretamos nuestra necesidad como una urgencia. Queremos sacar partido de inmediato cuando vemos una vía de escape o de curación. Es lo que le ocurría a la muchedumbre cuando se encontraba con Jesús. Queremos de manera inmediata que se nos alivie el dolor, el sufrimiento, poder vencer nuestras debilidades sin encontrar la verdadera razón de nuestro encuentro con Jesús.

Jesús, aunque se compadece de la gente, no quiere una relación donde prime la inmediatez superficial y ocasional de cada encuentro. La relación con Jesús ha de ser mucho más profunda. Una relación diaria que confiese la verdadera esencia de Jesús, su salvación, su mesianismo, su filiación divina. Una relación de encuentro personal lleva a la plenitud y conduce a una forma de relacionarse completamente distinta. No es el interés útil lo que prima, sino una relación más sana y auténtica que culmina en salud, pero no es lo primordial.

La relación con Jesús, tiene como consecuencia la curación personal, pero no es la única forma de relacionarse con él. La escucha de su palabra, el encuentro interior con Dios desde la oración, la búsqueda de la verdad de Dios y de su Reino, la comprensión de los valores de ese Reino de Dios que él predica, son mucho más importante que la curación. La curación será consecuencia de todo eso.

Pidamos a nuestro Señor Jesucristo que sepamos confesar plenamente que Él es el Hijo de Dios, y que en Él nos reconocemos como hermanos e hijos de un mismo Padre. Que sepamos vencer nuestra inmediatez y que nuestra relación con Él no esté marcada por ella.

Fr. Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
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 Viernes   25 de Enero de 2019  

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio”

Hoy celebramos: Conversión de San Pablo (25 de Enero)

Primera Lectura

Primera Lectura de los Hechos de los Apóstoles 22,3-16

En aquellos días, dijo Pablo al pueblo: «Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié en esta ciudad; fui alumno de Gamaliel y aprendí hasta el último detalle de la ley de nuestros padres; he servido a Dios con tanto fervor como vosotros mostráis ahora. Yo perseguí a muerte este nuevo camino, metiendo en la cárcel, encadenados, a hombres y mujeres; y son testigos de esto el mismo sumo sacerdote y todos los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y fui allí para traerme presos a Jerusalén a los que encontrase, para que los castigaran. Pero en el viaje, cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor, caí por tierra y oí una voz que me decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Yo pregunté: «¿Quién eres, Señor?» Me respondió: «Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues.» Mis compañeros vieron el resplandor, pero no comprendieron lo que decía la voz. Yo pregunté: «¿Qué debo hacer, Señor?» El Señor me respondió: «Levántate, sigue hasta Damasco, y allí te dirán lo que tienes que hacer.» Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco. Un cierto Ananías, devoto de la Ley, recomendado por todos los judíos de la ciudad, vino a verme, se puso a mi lado y me dijo: «Saulo, hermano, recobra la vista.» Inmediatamente recobré la vista y lo vi. Él me dijo: «El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, para que vieras al Justo y oyeras su voz, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, no pierdas tiempo; levántate, recibe el bautismo que, por la invocación de su nombre, lavará tus pecados.»

Salmo

Sal. 116: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio»

Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,su fidelidad dura por siempre. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 16,15-18

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»

Reflexión del Evangelio del día

Serás testigo ante todos los hombres de que le has visto y oído

En este relato de los hechos se nos narra la conversión de san Pablo camino de Damasco. Saulo, un judío estricto y convencido, que persigue a los cristianos, se encuentra con la intervención de Dios que se cruza en su camino: “¿Saulo, por qué me persigues?” Una teofanía que le desmorona y le absorbe. Que le deja fuera de juego, encandilado en lo que ha visto y oído, pendiente de acudir a Damasco, donde recibirá su vocación. No va a perseguir más a los cristianos, sino que será el testigo elegido de Jesús para todas las naciones. Una experiencia de Tabor, donde Jesús resucitado se presenta en toda su magnanimidad para abrir su mente y fortalecer su corazón en la nueva misión que le tiene preparada. Saulo se convierte en Apóstol del Señor, testigo del resucitado, con toda la fuerza de su ser. Acepta con toda su alma esa misión, hasta el punto de confesar “Ay de mí si no evangelizara”. Ha entendido lo que Jesús quiere de él y a ello dedicará toda su vida y sus esfuerzos. Prototipo perfecto para nosotros cuando nos encontramos con el Señor y nos enamoramos como Pablo de esa misión evangélica de anunciar la misericordia y la gracia de Dios para todos los hombres. Encontrarse con el resucitado es percibir el amor de Dios que sobrepasa todas nuestras realidades y nos urge a ser sus testigos.

Id por todo el mundo y predicad el evangelio

Eso mismo es lo que refleja este final del Evangelio de Marcos. En él se nos narran las últimas apariciones de Jesús antes de su ascensión a los cielos a la diestra de Dios. Jesús resucitado aparece reprendiendo la incredulidad de los discípulos por no haber creído a los que le habían visto resucitado de entre los muertos. Esa increencia supone no creer ni entender la verdadera entidad de Jesús. Jesús ha resucitado y se han manifestado los designios de Dios con su enviado. Marcos despide así su evangelio presentando a Jesús resucitado, aparecido a sus discípulos y transmitiéndoles su última voluntad: Id por todo el mundo predicando el evangelio a toda criatura. Creer en Jesús, aceptar al Galileo que entregó su vida por hacer presente el Reino de Dios entre los hombres, supone bautizarse en esa fe de resurrección y salvación. Y al que se bautice en el nombre del Señor, le acompañará toda la fuerza y la tutela de Dios. “Echarán los demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán en sus manos las serpientes…”, en una palabra, estarán haciendo presente el Reino de Dios, porque con la resurrección de Jesús ha llegado el tiempo nuevo, la salvación de Dios se ha hecho ya presente. Este mensaje de Macos es el que hemos de creer, y del que tenemos que ser testigos convencidos. El tiempo de Dios se cumple con nosotros. No podemos ser testigos rácanos o desganados, nuestro celo ha de ser como el de San Pablo, excepcional e incombustible. Tenemos a Dios de nuestra parte y quiere que hagamos presente su voluntad en esta tierra, con fe, con ánimo, con esfuerzo y esperanza.

¿Somos verdaderos testigos de la buena nueva que Dios nos ha regalado en Jesús?

¿Transmitimos la alegría y la gratuidad de ser elegidos de Dios para la buena noticia del Reino?

D. Oscar Salazar, O.P.
Fraternidad San Martín de Porres (Madrid)
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 Sábado   26 de Enero de 2019  

“Salió a sembrar un sembrador”

Hoy celebramos: San Timoteo y San Tito (26 de Enero)

Primera Lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 1-8:

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día. Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría, refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mi, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.

Salmo

Salmo: Sal 95, 1 2a. 2b 3. 7 Sa. 10

Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.Cantad al Señor un cántico nuevo,cantad al Señor, toda la tierra;cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria.Contad a los pueblos su gloria,sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,aclamad la gloria y el poder del Señor,aclamad la gloria del nombre del Señor. R.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,él afianzó el orbe, y no se moverá;él gobierna a los pueblos rectamente.» R.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4,26-34

“En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.Dijo también: ¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas. Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado”.

Reflexión del Evangelio del día

Aviva el fuego de la gracia de Dios

Todos los cristianos, incluso todos los reconocidos como santos, estamos atravesados por la formaleza y la debilidad. Y hay momentos en los que la debilidad prevalece en nuestro estado de ánimo. Un ejemplo de ello, lo tenemos en San Timoteo, “hijo querido” de Pablo. ¿Qué hace San Pablo para animar a Timoteo? Le habla al corazón y la habla a la inteligencia. Hablándole al corazón, con expresiva ternura, le dice: “tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día. Cuando me acuerdo de tus lágrimas, ansío verte para llenarme de alegría”, y le recuerda la fe de su madre y de su abuela. También le habla a su inteligencia, dándoles razones para que recupere fuerzas y “avive el fuego de la gracia de Dios que recibiste cuando te impuse las manos”.  Para ello, nada mejor que acudir a Jesús: “acuérdate de Jesucristo” y de todo lo que ha hecho contigo y con todos sus seguidores. Acuérdate que te llamó a ser su amigo y te demostró su gran amor, acuérdate que siempre camina a tu lado, acuérdate que llenó tu vida de su luz ante los grandes interrogantes humanos, acuérdate de que al final de tu vida te estará esperando para invitarte al banquete eterno de su amor… Haciendo memoria de Jesucristo, Timoteo, recuperó el buen ánimo y “soportó los trabajos por la causa del Evangelio”,   

Salió a sembrar un sembrador

A Pablo, a Tito, a Timoteo… a todos los cristianos, cada uno desde su situación, nos tocan tres cosas. Primera, predicar el evangelio, es decir, sembrar la semilla de la Palabra de Dios allí donde estemos. Segunda, hacer que germine y dé fruto en nuestra propia persona. Tercera, ayudar a otras personas a que acojan bien, sean buena tierra, a Jesús y su evangelio. No olvidando nunca que “Pablo plantó, Apolo regó, pero el que da el crecimiento es Dios”.    

Nunca hemos de olvidar, en la tarea de predicar el evangelio, de sembrar la buena semilla del evangelio, lo que nos corresponde a cada uno. Pero siempre lo hemos de hacer sabiendo que es el gran regalo que podemos oferecer a nuestros oyentes, porque acoger a Jesús y su evangelio es la mejor manera de vivir nuestra vida humana y encontrar la alegría, el sentido y la esperanza que todos anhelamos.

Fray Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
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